Estando en tránsito en una de las tantas idas y vueltas entre la RD Congo y la Argentina, pues bien, en aquella oportunidad, me desvié desde Johannesburgo hacia la frontera entre Zimbabue y Zambia, donde en un punto a lo largo del río Zambeze se encuentran las Cataratas Victoria. Allí, entre los pueblos de Livingstone (Zambia), Victoria Falls (en Zimbabue), y parques naturales, me lancé en bungee jumping (saltar desde un puente), el más alto del mundo, desde 111 metros de altura. Hice dos saltos, uno de cabeza y otro parado, sobre este río que divide a ambos países. Me arrojé también en distintas tirolesas y cuerdas que cruzan el cañón alucinante que se ha formado, anduve en avión ultraliviano avistando animales desde 400 metros de altitud, e hice un rafting de antología, que nos revoleó por el aire, y profundo bajo el agua, más de una vez, a través de 20 rápidos inolvidables.
Cada día, al pensar lo que pensamos y hacer lo que hacemos, estamos decidiendo cuál es el rumbo que queremos ir tomando en nuestras vidas. ¡Que no se nos escape la tortuga!