Durante el tiempo que trabajé en la alejada base de Naciones Unidas en la región de Uvira, en el este de la RD Congo, hubo un lugar que me ayudó mucho a distender y despejarme, aunque también era importante para comprar provisiones, que fue Bujumbura, la capital de Burundi. Ubicada al igual que Uvira sobre el lago Tanganica (Tanganyka luce más tradicional), a estos dos poblados los divide una frontera muy porosa alrededor del río Ruzizi, que es una de las fuentes de inestabilidad, contrabando, tensiones étnicas, luchas políticas, que conforman cócteles explosivos que muchas veces terminan en ataques y masacres.

Y al mismo tiempo, el lago y sus playas rememoran algunas postales del Caribe, con marco de fondo de verdes morros, muchos bares para pasarla bien, todo en una ciudad que también posee una buena variedad de restaurantes locales e internacionales.

Viajar es más una cuestión de coraje que de dinero. latravelista.com