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  >  África   >  Al Este de la República Democrática del Congo

Desde julio del 2010 hasta diciembre del 2015 trabajé en este gigantesco país. La descripción de mi trabajo está enunciada aquí.

La RD Congo es, como me gusta decir, el África nivel avanzado, para dar una idea del desafío que plantea este país.

Muy complejo tanto a nivel geopolítico, histórico, social, cultural. Pensemos que este país ya cambió tres veces de nombre, e igualmente de bandera y constitución, en sus 60 años de historia. Tuvo a Mobutu Sese Seko como líder al mando durante más de treinta años, pero cuando cayó él, el país entero quedó sumido en un gran caos y dos grandes guerras, que involucraron varias naciones africanas, debido a su extrema riqueza mineral, petrolera, agrícola, ictícola, etcétera.

Aunque repleto de riquezas, de guerras y refugiados, también es una nación donde actualmente chinos, indios, libaneses, griegos, belgas, y otros occidentales, algunos ya instalados desde hace generaciones, contribuyen a un mix muy interesante, que se refleja por ejemplo en sus variados restaurants de la gigantesca Kinshasa, su cosmopolita ciudad capital.

La RD Congo es querible, alucinante para viajarla, estando siempre atento a la evolución de los acontecimientos en el terreno, y en períodos donde haya estabilidad política, lejos de momentos de elecciones, por ejemplo.

De los más de cinco años que vivimos en el Congo, tres viví con mi familia, con quienes hicimos mucha naturaleza, nos bañamos en ríos inmensos, rodeados de vegetación exuberante. Su capital, Kinshasa, es una gran ciudad que hierve y revela de manera muy precisa la lucha del hombre urbano africano por sobrevivir cada día. Enfrente de Kinshasa a través del río Congo se encuentra Brazzaville, capital del otro Congo, la República del Congo, que también hemos visitado.

También visité parques con gorilas, cráteres volcánicos activos o semi sumergidos en el lago Kivu. En el este de la RD Congo viví en la ciudad de Goma, epicentro de las operaciones de asistencia humanitaria en la región, pegada a Ruanda. También en Uvira, una pequeña comunidad rural, sobre el lago Tanganica, esta vez a 5 kilómetros de la frontera con Burundi. Por motivos de trabajo cruzaba permanentemente la frontera entre el Congo, Ruanda y Burundi.

Desde mi pequeño departamento en la ciudad de Goma divisaba al volcán activo Nyragongo. Las calles, casas, ladrillos y paredones de esta ciudad están hechos con lava solidificada, que más de una vez ha llegado a la ciudad produciendo considerables daños. Para agregar dramatismo, una calle divide a la ciudad de Goma. de la de Gisenyi, ya en Ruanda.

También visité el extremo oeste del país, en la desembocadura del río Congo, el cual arrastra tanto caudal que el agua dulce se interna más de treinta kilómetros en el océano Atlántico al salir al mar.

Por otro lado, en diversas misiones laborales que emprendí, tuve la oportunidad de viajar en helicóptero, camioneta, barco, o manejando a lugares recónditos de este imponente país, donde la preparación, la previsión, la información, la organización, la flexibilidad y la adaptabilidad son esenciales.

A diferencia de la mayoría del personal de la ONU, que tiende a ser muy conservador, yo también durante este tiempo me dediqué a explorar todo cuanto pude, y me llevo un gran recuerdo, no exento de peligros, de este país y su sufrida gente, a quien con esta pequeña contribución le agradezco las vivencias y aprendizajes de vida que me han permitido experimentar.

pics credits @unitednations

Yo no sé lo que es el destino, caminando fui lo que fui. Silvio Rodríguez

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