Luego de haber vivido y trabajado casi dos años en Timor Oriental, tomamos la decisión de volver a Buenos Aires.
Teníamos el gran deseo de tener hijos, pero debido a una enfermedad que yo había tenido cuando era adolescente, íbamos a tener que encarar un tratamiento, y ello también contribuyó para volver.
Con lo cual dejamos Timor, y emprendimos una travesía inolvidable por Indonesia, Singapur, Tailandia, Laos, Vietnam y Camboya.
Luego, desde Bangkok volamos a Europa, y allí visitamos a algunos de los amigos que habíamos hecho en los últimos años de vida, también parientes. Pasamos por Barcelona, el país vasco, París y la región alpina fronteriza entre Francia y Suiza, el norte de Italia y Bruselas, antes de volver a Buenos Aires.
Con nuestro retorno en julio del 2004, cerramos un hermoso período de seis años fuera del país, que comenzaron con un viaje de un año que incluyó tres continentes, siguió con trabajos en Francia, Guinea, Angola, Malí, Ámsterdam, España y Timor Oriental, mientras fuimos intercalando viajes por Europa, África y Asia.
Quien, al realizar un viaje, se abre a la aventura de abrazar y disfrutar lo diferente, en lugar de pretender que todo sea como en su lugar de origen, tiene buena parte de la fórmula para gozarlo.
