Este es uno de los viajes para “enmarcar”, que guardo fuerte en el corazón. Duró tres semanas y lo hicimos con una familia de amigos, los Zaitch, que residen en Ámsterdam pero que vinieron de visita a Argentina y sacamos un buen partido de la oportunidad que se nos presentó.

Desde la ciudad de Tucumán alquilamos dos vehículos y salimos a recorrer Amaicha del Valle, las ruinas de los Quilmes, Cafayate, Cachi, Molinos, Santa Rosa de Tastil, Alfarcito, San Antonio de los Cobres, PN Los Cardones, ciudad de Salta y de allí nos tomamos un bus, cruzamos la frontera para llegar al místico y alejado poblado chileno de San Pedro de Atacama, donde hicimos todas las excursiones claves, como la visita a los geiseres y a otros escenarios con paisajes realmente lunares, diferentes. Para luego retornar a Argentina y pasar una estadía estilo frutilla del postre en Purmamarca, con su cerro de los siete colores y su tranquilidad, celebrando y agradeciendo a la Pachamama.

«Hasta que su objetivo complete, este jinete no se baja del cohete», Calle 13