Pisamos Europa por primera vez luego de estar viajando dos meses por América del Sur y el Caribe, en 1998. Aterrizamos en París, y en los meses siguientes trabajamos en la cosecha de las uvas en diferentes chacras de la región de Bretaña (de donde vienen Obelix y Asterix), y dos meses en Ámsterdam, aparte de parar varias semanas en Barcelona. Eso fue antes de, en el mismo viaje, seguir hacia África (link).

Visitamos Madrid a fines de 1999, antes de volver a Argentina, luego de haber completado la hazaña de viajar un año, más trabajar varios meses con refugiados de guerra en Guinea.

A principios del 2000 pasé nuevamente por Madrid y París, donde tomé un curso de formación impartido por la ONG Acción Conra El Hambre, con la cual trabajaría, antes de enviarme a Angola.

Luego de un año y medio de trabajar en Angola, quedé medio quemado de la cabeza y tomé un año sabático entre 2001 y 2002, y varios de esos meses transcurrieron en Portugal, Italia, Suiza, Francia, Bélgica, y nuevamente Barcelona y Ámsterdam, donde por segunda vez trabajé en catering y lavaplatos un par de meses en el 2001 (aquí vi caer las torres gemelas), siempre subido a una bicicleta lo cual me ayudó a mimetizarme con aquella singular ciudad, mientras alternaba mis idas y vueltas a Malí en África.

Julio del 2002 me encontró nuevamente en Bruselas, efectuando la preparación previa a enviarme al terreno a abrir la misión de Abogados Sin Fronteras en Timor Oriental, y una vez vueltos de Timor dos años después en 2004, pasamos a visitar a varios amigos en el viejo continente antes de emprender la vuelta a Buenos Aires.

Ahora bien, ya en el 2010, cuando fui contratado por la ONU para ir a trabajar a la República Democrática del Congo, previamente fui enviado a Brindisi, Italia, donde la ONU tiene una importante base logística y de entrenamiento, y ahí hice mi “Pre-deployment training”.

Siempre había querido conocer la región de donde provenía uno de mis bisabuelos, que fue quien trajo nuestro apellido a Argentina. Esta curiosidad me había nacido al tiempo de hacer una investigación de mi árbol genealógico, con el objeto de sacar la ciudadanía italiana.

Así es que, en un fin de semana de break durante el curso en Brindisi, tenté a dos colegas y nos fuimos hasta el poblado de Salandra, sobre el río Salandrella (innegablemente nuestro apellido Lasalandra viene de ahí), y también visitamos el cercano pueblo de Montalbano Iónico, donde efectivamente nació mi bisabuelo emigrante.

Finalmente, ya instalado trabajando con mi familia en Kinshasa, capital de la RD Congo, organizamos un viaje con mis padres e hicimos un apacible recorrido veraniego por el sur de Francia en 2012.

No sé adónde voy, pero voy en camino. Latravelista.com