Desde los nueve o diez años empecé a interesarme sobre continentes, países, capitales y banderas, todos los cuales llegué a conocer de memoria. Tal es así que junto a dos compañeros más de la primaria, nuestro pasatiempo favorito en el comedor de nuestra escuela era desafiarnos a adivinar estos elementos.

Luego comencé a agrandar en escala todo mapa “Rivadavia número 3” que encontraba, proyectándolo desde una cuadrícula hecha a escala de un centímetro cuadrado, a una cartulina grande blanca, cuadriculada a escala de 5 centímetros cuadrados. Copiaba minuciosamente a mano alzada los accidentes geográficos, fronteras y capitales.

Así por ejemplo elaboré un mapa de una región que siempre me cautivó, la de América Central y el Caribe. También hice uno del mundo entero, y cuando corría el año 1982, elaboré uno de nuestras queridas islas Malvinas.

Jugando en mi casa, con canicas y un arco de plástico que me quedó de alguna torta de cumpleaños, organizaba “mundiales de fútbol”, en los que tomaban parte una mayoría de países exóticos, de los que nunca participaban. Tal es así que uno de mis campeones mundiales fue Botsuana.

Esos fueron los primeros pasos, hasta que a los 18 años, luego de un año de pensarlo, con mi amigo Emi Pasini, decidimos dar ese paso, desde la reflexión a la acción, y nos lanzamos en un viaje inolvidable de dos meses, que nos impactó fuerte a nosotros y en nuestro círculo de amigos (de rugby del Club Ciudad de Buenos Aires), por América del Sur. A partir de ahí no paré de salir al encuentro de lo desconocido, y si era exótico, mejor.

Los viajes me formaron fuertemente, aunque sea difícil plasmarlo en un currículum. Me considero una persona ultra pragmática, voy directo al punto, y con una voluntad tenaz. Esta combinación me llevó a concretar importantes objetivos, aunque siempre hay nuevas metas.

Me agrada encontrarme fuera de la llamada zona de confort, me incentiva el desafío de la incertidumbre y el “no saber”; o el esforzarme para entender mejor, para aprender, sobre todo con relación a las actitudes que tenemos las personas, individualmente o en tanto que colectivo.

Si bien creo que somos los mismos y también diferentes a lo largo del tiempo y en medio de circunstancias cambiantes, puedo decir que si hay algo que he hecho y disfrutado, pero sobre todo, que enciende la chispa en mi vida, es viajar y explorar. Dar ese paso extra. Estar en la calle, sentir y respirar el ambiente del lugar …

Encuentro pasión en el estudio y análisis exhaustivo para organizar, planificar y realizar viajes. Y lo mismo aplico para la vida y el trabajo.

Estoy muy agradecido de todo lo que me ayudó a formarme, de todo lo que tuve y lo que tengo. Del amor de la familia donde me crié, de la que luego formé con mi esposa y mis hijos, y de las decisiones que a lo largo de los años pude ir tomando, que me llevaron hasta donde he ido, y a donde he llegado.

Este sitio es también, sobre todo, un deber de divulgación social que siento, y una forma de expresar profundo agradecimiento, hacia tantas gentes y comunidades de tantos países, cuyo capital más importante “sólo” es una mirada directa, una sonrisa sin medias tintas. Ellos me han invitado a sus pueblos, a pernoctar en sus casas, me han mostrado sus culturas, me han alimentado, y también me han protegido.

Por todos esos momentos y emociones, que resultaron fundamentales para mi formación, para hacer lo que hice, y para ser quien soy,

Valga este sitio como ínfimo pero sincero agradecimiento.

Pablo Lasalandra